miércoles, 29 de febrero de 2012

Nacida para TO

No sé si han experimentado esa sensación de que estás justamente donde deberías estar. Que sin saberlo, tu forma de ser y tus experiencias pasadas te estaban preparando para un preciso momento. Pues así exactamente me sentí cuando inicié mi primer semestre de maestría en Terapia Ocupacional.

Desde que comencé mi bachillerato ya tenía en mente continuar mis estudios para ser TO, pero la realidad es que no conocía ni una quinta parte de lo que esto  implicaba. Sabía que la profesión era amplia, pero no me imaginaba cuánto. Sabía que ayudaba a las personas, pero no precisamente cómo. Sabía que quería una profesión en la que pudiera ser creativa, estar cerca del paciente paso a paso en su recuperación, ayudar a cambiar vidas. Quería una profesión  en la que no se viera a la persona como un número más o como una enfermedad sino como un ser humano. ¡Qué alivio fue reafirmar que había entrado en el programa de maestría indicado!

A pesar  de que me gustó y aprendí muchísimo de mi bachillerato en biomédica, siempre sentí que algo faltaba. Jamás había escuchado hablar sobre la espiritualidad, el uso terapéutico del yo, la auto-conciencia y mucho menos de la práctica centrada en el cliente en alguna de mis clases. Todos estos conceptos me hicieron entender que  la profesión que había escogido era mucho más trascendental de lo que pensaba. En una de mis primeras lecturas asignadas, la frase de Adolf Mayer: “Brindamos oportunidades, no prescripciones” confirmó que lo que faltaba en la biomédica eran oportunidades más allá de las que el modelo médico por sí solo podía brindar.

Al aprender los valores y creencias fundamentales de la profesión, pude confirmar que pareaban mucho con los míos propios. En varios días ya me sentía parte de TO, o que TO siempre había sido  parte de mí, no estoy segura. Ese semestre pude entender lo que realmente significa "vocación"; sentir que para esto fuiste creado. Sin saberlo, toda mi vida había tenido dentro de mí la semilla para ser TO, ahora solo me resta trabajar para hacerla germinar.



“Conoces lo que tu vocación pesa en ti. Y si la traicionas, es a ti a quien desfiguras; pero sabes que tu verdad se hará lentamente, porque es nacimiento de árbol y no hallazgo de una fórmula.”

-Antoine De Saint Exupery